Aborígenes
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Los Pampas

Se conoce con el nombre de Pampa a las llanuras que se extienden desde las provincias de Córdoba y San Luis hasta el río Negro por el sur, y desde la cordillera andina hasta el litoral marítimo.

Sus habitantes primitivos recibieron el mismo nombre: Pampas, y puede dividírselos en conjuntos tribales de acuerdo a la zona que ocupaban: Puelches (Río Negro y sur de La Pampa), Cheche-het (sierras de la prov. de Bs. As.), Talu-het (Sur de Mendoza a sur de Sta. Fe y noroeste de Bs. As.), Diui-het (Sur de Mendoza y norte de La Pampa)

Pampas primitivos

Se comprende con este nombre a las tribus Talu-het y Diui-het. Su desaparición, a fines del siglo XVIII, se debió en gran medida a la invasión Araucana y en una menor proporción, a su incorporación a la cultura cristiana por obra de los misioneros

En su origen eran cazadores de venados y ñandúes, de guanacos y otros animales menores (se servían para ello del arco y flecha); también fueron recolectores de frutos y semillas silvestres, que molían para hacer harina. Sus viviendas consistían en simples paravientos hechos de cueros de venados pintados y adobados.

 

Los Querandíes

Durante algún tiempo se interpretó que los querandíes eran una tribu guaraní, luego como pertenecientes al conjunto Guaycurú y también al Charrua. Más recientemente parece claro que sus principales afinidades se dirigen hacia el grupo Puelche-pampa, pero la falta de material lingüístico impide afirmarlo definitivamente.

Este pueblo desapareció hacia la segunda mitad del siglo XVIII en manos de encomendaderos encargados de su cristrianización y dedicados a su explotación. Los mejores datos que se poseen sobre los querandíes los da el alemán Ulrico Schmidl, que luchó directamente con ellos y relató en forma escrita sus aventuras.

Su economía tenía, en gran parte, al pescado como base, el cual secaban y molían en morteros de piedra para hacer harina. Esto era completado con la caza de venados en el interior, a los cuales corrían y cansaban hasta apoderarse de ellos, bebiendo entonces su sangre ya que en esas tierras del interior no encontraban agua para matenerse. Sus armas eran el arco y la flecha, las boleadoras y especialmente la bola perdida.

Los Guaraníes

Los relatos de los conquistadores mencionan a varios grupos aborígenes pertenecientes la llamado "grupo del litoral": Chanáes (rivera derecha del Paraná en Bs. As. y Sta. Fe), Mbeguáes y Chaná-timbúes (rivera izquierda en E. Ríos), más al norte los Timbúes, Caracráes, Quiloazas, Calchines, etc. y los Guaraníes, no incluidos en este conjunto de pueblos del litoral por ser un grupo racial, cultural y lingüístico distinto.

Si bien no puede considerárselo como un grupo originalmente argentino (a la fecha del descubrimiento sólo ocupaba porciones aisladas de territorio), la relación con los descubridores les otorga un papel importante en nuestra historia. Durante el reparto de tierras Garay incluye el nombre de doce caciques (y sus parcialidades) encomendados a otros tantos pobladores de Buenos Aires.

Eran básicamente agricultores. El cultivo consistía fundamentalmente en plantaciones de maiz y calabazas,. También se dedicaban a la pesca y a la caza, ahumando los pescados y carne de caza sobrante para conservarla.

Las viviendas eran grandes ranchos comunales, hechos de troncos y cubiertos con ramas; cuatro a ocho de estas casas constituían los poblados, los cuales se situaban a orillas de un río y estaban rodeados de una empalizada, a veces doble.

Los Araucanos

Encarnizados defensores de sus tierras frente a los conquistadores, los valientes araucanos se extendían a lo largo del territorio chileno. Su peligrosidad aumentó al adoptar el caballo, que consiguieron primero cambiándolo por mantas y tejidos a los Pampas, y luego, atravesando la cordillera para conseguirlos. Así ocuparon las llanuras argentinas e impusieron su lengua y costumbres a Pampas y Patagones. Esto ocurrió durante el siglo XVIII, siendo estos los últimos indios que se establecieron en la Argentina.

Su vivienda era el toldo pampeano, que a veces dividían con cueros de caballo o vaca y donde, con frecuencia, se reunían alrededor de un fogón. Se agrupaban en tribus numerosas, a menudo rivales, cuyo poder se fue consolidando a medida que absorbían a pampas y patagones. Aunque nunca llegaron a formar estados, tuvieron una cohesión y una organización política que sólo se puede comparar con la de los andinos del noroeste.

Los Aucas eran araucanos que vivían en las sierras de la Ventana y Tandil. Al este del Salado estaban los Ranqueles. Al este y al sur de los ranqueles se hallaba el grupo de la Salinas Grandes, cuyos jefes Calfucurá y Namuncurá organizaron terribles malones contra estancias y pueblos de la provincia de Buenos Aires.

 

Los Quilmes (Diaguitas)

Según se dice, fueron los incas del Perú quienes llamaron "diaguitas" (es decir, "serranos") a la mayoría de los indígenas del noroeste argentino. Su territorio tomaba el centro de las actuales provincias de Jujuy y Salta, el este de Catamarca, oeste de Tucumán y toda La Rioja. Si bien el noroeste argentino fue poblado por primera vez hace unos 11 mil años, unos 1000 años a.C. comenzaron una verdadera revolución en el modo de vida, con el inicio de una larguísima tradición de agricultura, ganadería de llamas y alpacas, tejido, fabricación de cerámicas, metalurgia y vida en aldeas. Unos 850 años d.C. se empieza a desarrollar la cultura de los diaguitas, herederos de esa larga tradición que duró hasta el siglo XVII.

El primer encuentro de los aborígenes con los españoles sucedió en 1534 cuando Diego de Almagro llegó con 500 soldados buscando camino a Chile (donde se suponía que había grandes riquezas)

Levantamientos

El primer asentamiento de los conquistadores en territorio diaguita ocurrió en 1550 con la fundación de la ciudad de Santiago del Estero. A partir de entonces los españoles comenzaron a someter a los aborígenes utilizándolos para tareas pesadas en las "encomiendas", esto provocó múltiples levantamientos de los diaguitas produciéndose un franco enfrentamiento hacia el año 1630.

En 1656, un andaluz llamado Pedro Bohorquez, casado con una mapuche, haciéndose pasar por Inca, incitó a los diaguitas a unírseles en un plan de ataque final contra los conquistadores. Muchos caciques lo apoyaron y esto provocó que el gobernador Mercado y Villacorta reuniera un ejército y avanzara sobre los valles. Tras varias campañas los últimos focos resistentes fueron derrotados en 1665.

Deportación

Para que los diaguitas no se juntaran otra vez contra ellos, decidieron dividirlos y deportarlos a diferentes zonas del país: muchos quedaron en el noroeste, otros fueron a parar a Córdoba y hubo otros, más belicosos, como los quilmes, que terminaron en Buenos Aires.

El viaje a pie comenzó en 1666 y en su primera etapa (hasta Córdoba) muchos murieron y otros se fugaron. En los últimos meses de ese año llegaron a un campo a 15 Km al sur de Buenos Aires: la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes, gobernada por un cacique, un cabildo indígena, un administrador español y un cura que se ocuparía de su cristianiazción.

Por varias epidemias de viruela, la cantidad de quilmes de la Reducción bajó mucho en los primeros años y según el testimonio de un descendiente diaguita (en un documental), los jefes indígenas ordenaron a su gente no procrear más, como una forma de terminar con la dominación a que estaban sometidos.