Primera Fundación de Buenos Aires
 
Los indios a la llegada de los españoles

 

El estuario del Río de la Plata fue descubierto en 1516 por el explorador español Juan Díaz de Solís, y recibió su nombre actual del navegante italiano Sebastian Caboto.

El 2 de febrero de 1536, luego de una accidentada travesía, Don Pedro de Mendoza llegó a la boca del Riachuelo donde procedió a instalar un asentamiento que denominó Buenos Aires. Entre el grupo de personas que acompañó a Mendoza, se destaca la figura de Ulrich Schmidl, un soldado alemán mercenario que llevaba un diario donde registraba todo lo que le sucedía y observaba en estas tierras extrañas. Schmidl se convirtió asi en un testigo privilegiado de la historia y en el primer cronista del Río de la Plata.

Sus memorias fueron publicadas en Alemania en el año 15677

Transcribimos algunos párrafos que dan testimonio de la relación cambiante entre los conquistadores y los locales:

“... Allí, sobre esa tierra, hemos encontrado unos indios que se llaman Querandís, unos tres mil hombres con sus mujeres e hijos; y nos trajeron pescados y carne para que comiéramos.

“Estos Querandís no tienen paradero propio en el país sino que vagan por la comarca, (...). Cuando van tierra adentro, durante el verano y no encuentran agua para beber; cogen a flechazos un venado u otro animal salvaje, juntan la sangre y se la beben. También en algunos casos buscan una raíz que llama cardo, y entonces la comen”

“los susodichos Querandís nos trajeron alimentos diariamente a nuestro campamento, durante catorce días, y compartieron con nosotros su escasez en pescado y carne, y solamente un día dejaron de venir”

“... y mandó nuestro capitán general don Pedro Mendoza que su hermano don Diego Mendoza, juntamente con nosotros, matara, destruyera y cautivara a los nombrados Querandís, ocupando el lugar donde estos estaban. Cuando allí llegamos, los indios eran unos cuatro mil, pues habían convocado a sus amigos”

“...Y cuando quisimos atacarlos, se defendieron de tal manera que nos dieron bastante que hacer; mataron a nuestro capitán don Diego Mendoza y a seis caballeros; también mataron a flechazos alrededor de veinte soldados de infantería.”

“Pero del lado de los indios murieron como mil hombres, (...). Los indios se defendieron muy valientemente contra nosotros, como bien lo experimentamos en propia carne.”

“Dichos Querandís usan, como armas, arcos y flechas;(...). También usan una bola de piedra, sujeta a un largo cordel, (...). Arrojan esta bola alrededor de las patas de un caballo o de un venado, de tal modo que éste debe caer; con esa bola he visto dar muerte a nuestro referido capitán y a los hidalgos...”

“Después de esto quedamos todos juntos en Buenos Aires durante un mes, con gran penuria y escasez, hasta que estuvieron aprestados los buques. En este tiempo los indios asaltaron nuestra ciudad de Buenos Aires con gran poder y fuerza. Eran como veintitrés mil hombres. Tenían la intención de matarnos a todos, pero Dios Todopoderoso no les concedió tanta gracia"

El precario asentamiento sobrevivió hasta junio de 1541.